CMAJ-Trangoworld
( Cuerpo, mente y alma en Javalambre – Trangoworld)
UNA AVENTURA SOÑADA Y DESEADA…..
Suena el despertador, son las 3 de la mañana… Apenas he podido dormir por los nervios de la carrera y las incógnitas sobre mi entrenamiento y las opciones de compañía que tendré en este reto tan “grande y desconocido” que tengo frente a mi. Me visto y desayuno algo ligero pues tengo muy claro que en una carrera de más de 100km, hay que ir ofreciéndole al cuerpo la “gasolina” poco a poco.
A las 5:30 aparece Tomas, en adelante, el alma mater de la carrera y organizador, va saludándonos y repasando de forma “marcial” si llevamos todo lo que necesitaremos para ir en autosuficiencia. Nos comenta que no habrá salida con “arco ni disparo” y a las 6:00, sin más dilación salimos pitando bajo una noche estrellada y con una temperatura confortable. Ya no hay dudas, ni nervios, sólo quiero salir corriendo y hacerlo durante muchas horas, disfrutando de la compañía de lo que al terminar la carrera serian unos buenos amigos y de unos paisajes bellísimos. Hago una pregunta al aire sobre “ritmos” y cada uno asiente con los hombros y no comentan nada sobre mi, al parecer, inexperta pregunta. Finalmente decido seguir la estela de una pareja maravillosa de Madrid, en el fondo y en la forma como personas, que a la vez resultan ser ultrafondistas experimentados; y es a partir de este momento donde comienza mi reto mental por ir negociando con mi subconsciente como gestionar este evento junto a ellos, que no es otra forma que dividiendo este evento en etapas.
Pronto me di cuenta, de que la carrera ha de ser un medio para ir descubriendo tus debilidades y manejarlas a conveniencia para convertirlas en aliadas de un deseado final. Eva, Martin y yo fuimos atravesando las bondades y bellezas abruptas de la Sierra de Espadán, dejándonos un gran sabor de boca los que serian los primeros 30 km de carrera a través de parajes y pueblos de ensueño. Llegamos a Torralba del Pinar tras una gran labor de soporte y dedicación por parte de la organización. A partir de aquí se nos uniría, un entrañable y rocoso Paco Aguilar, que nos demostraría que andando a velocidad de alto crucero puedes cargarte “hasta el más fuerte de los trotadores”. De ahí en adelante fue cosa de pocos, la distancia y la dureza del tramo de Montan-Pina de Montalgrao, con cenit en el Monte Pina, justo antes del anochecer, haría que fuese regulando las fuerzas porque llegaba el lobo, “la larga y temida noche”. Llegamos los cuatro a Pina (el avituallamiento donde la organización obliga al cambio de ropa) y ahí estaba Tomas, Nacho y Jose para darnos ánimos y asesorarnos cómo enfocar el cambio de ropa, así como qué tirarle, en el bar del pueblo que era nuestro avituallamiento, algo consistente y caliente al cuerpo, pues, a partir de aquí, Km 63 comenzaría el duro altiplano Turolense.
Retomamos la travesía sobre las 22:00 horas bajo una inmensidad estelar, fresco de camino a frio y mucho que digerir sobre la “materia oscura”. No hace falta ser Cosmólogo para saber sobre lo anterior dicho, del km 63 al 80 tienes todos los ingredientes para disfrutarlo. Viento gélido marciano, soledad absoluta, naturaleza salvaje dormida. Solo el GPS da color a esta oscuridad. Reconfortante fue tener a Eva en el equipo, ya que demostró ser una guerrera espartana, que lidiando con “gastroenteritis y esguince de grado 1” aguantaba el tirón y decidía acompañarnos, mínimo hasta el km 80. Decidimos andar, mas que trotar para evitar posibles lesiones, que en este tramo de la carrera hubiese sido fatal y así, a este ritmo, llego el murallón de la Muela de Manzanera y, cuan aventureros de un libro de Perez Reverte, nos pusimos GPS en mano y fuimos atravesando bosques y tremedales (esos arbustos leñosos y espinosos) que harían las no delicias de nuestras zapatillas.
Pasada la Muela de Sarrión, nos adentrábamos en una meseta somital que tras un duro y gélido pisteo, nos dejaría en el Javalambre Bis (1995m ) no sin antes haber tenido que sortear toros en estado puro: hay que ver lo dóciles que son fuera de las plazas. El silencio era patente entre Martin y yo (Eva, muy a nuestro pesar nos dejo definitivamente en el km 80 con claras molestias) y el duro, árido y bello paisaje lunar de estas alturas, que con las primeras horas del día comenzaba a descubrirse ante nosotros, nos desgastaba más aún, al no dejarnos advertir la cima más alta, la más anhelada de todas, la meta, “El Pico de Javalambre (2020m)”, al que llegaríamos fundidos y sobrecogidos Martin y yo, tras 105km con un regalo de emociones bañadas, en mi caso, de lagrimas y deseos de volver a este desafío de aventura en estado puro que es CMAJ-Trangoworld. Cumplí mi objetivo que era …..”acabarla” (27 horas). Momentos muy entrañables en la meta con Martin, donde se sumó también Eva; la organización la llevó al Javalambre para que disfrutará de nuestra pletórica llegada.
Mencionar, que el resto de corredores con los que pude ir hablando a lo largo de este desafío, coincidíamos en el mismo deseo: volver a saborear la dureza y belleza de esta prueba, pero sobre todo, personalmente, me quedo con el apoyo que da la firma que patrocina este evento tan original, donde la victoria no es del que llega primero, sino del que acaba. Trangoworld, marca de ropa de montaña, equipa a la organización de arriba abajo, para éstos puedan soportar toda clase de inclemencias meteorologías que se dan en estas estepas Turolenses, pudiendo de esta forma mimar al participante durante todo su recorrido, sin importarles si hace calor, si hace un frío aterrador o un viento que tumba paredes, ellos gracias a su patrocinador siempre están a pie del cañón sacándonos una sonrisa a través de felicitaciones y apoyos. Al final esto es lo que llena de verdad en una prueba donde hay tantas horas de por medio y con esto me quedo. ¡¡¡GRACIAS A TODOS, NOS VEMOS EN LA CMAJ TRANGOWORLD 2017 , TE GUSTE O NO EL RELATO!!!
¡¡¡UN ABRAZO!!
Mario Peris
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